Monday, July 1, 2024

Manos aymaras elaboran tejidos para hacer frente a la sequía en Poquewillque

Hermosos cojines, colchas y caminos de mesa son algunos de los productos de este emprendimiento de dos jóvenes universitarias. Encuéntralos en Suma, una tienda con propósito.

En medio de los áridos paisajes del Altiplano boliviano, dos jóvenes universitarias han impulsado una iniciativa que va más allá de la lana de oveja y llama. Estela Tantacalle Mita (23) y su hermana Lizeth (25), estudiantes de Ingeniería Comercial y Administración de Empresas respectivamente, son las creadoras de Jaya Tejidos, un emprendimiento que no solo embellece hogares, sino que beneficia directamente a familias de Poquewillque, una comunidad situada en la provincia de Romero Pampa, a 129 Km de la ciudad de El Alto que, como muchas del altiplano, enfrenta escasez extrema de agua.

La historia de Jaya Tejidos comenzó durante la pandemia por Covid 19, cuando los padres de Estela y Lizeth redescubrieron el arte del tejido tradicional en su hogar, en una remota zona de Romero Pampa, donde la actividad principal es el pastoreo de auquénidos, y la producción de papa y chuño. Utilizando materia prima local y el conocimiento ancestral de artesanos del telar en madera, comenzaron a transformar hilos de lana de oveja y llama en hermosas frazadas, a modo de pasatiempo.

De a poco, aquello se convirtió en un emprendimiento familiar. “Decidimos llamarlo Jaya, que en lengua aymara significa ‘lejos’, porque la materia prima para nuestros productos proviene de lugares apartados del campo”, explica Estela.

Cada pieza no solo lleva consigo el calor de la lana, sino también historias y tradiciones que se están recuperando. “Estamos rescatando las técnicas del tejido, del hilado y del torcelado (una técnica manual para convertir la lana en hilos), que poco a poco se han ido perdiendo. La riqueza de la cultura aymara es un legado que queremos preservar”, añade Estela.

El proceso no es solo artístico, es una cadena de valor que empodera. En Poquewillque comienza esta cadena de producción, donde las mujeres locales procesan la lana hasta convertirla en ovillos teñidos y torcelados,  que luego son enviados a las mujeres tejedoras de Guaqui. Estas, a su vez, se encargan de crear las piezas de tejido que luego son enviadas a un tercer grupo de artesanos  que bajo la guía de las hermanas Tantacalle transforman las piezas en cojines, caminos de mesa, colchas,  entre otros productos, con un acabado fino. “Pagamos a las familias campesinas y a todos nuestros colaboradores un precio justo, porque creemos en el valor de su trabajo”, añade Lizeth.

Cojín de sala hecho por mujeres aymaras

Con una visión clara, estas emprendedoras buscan que su marca crezca y multipliquen sus ventas para ampliar el apoyo a más comunidades de la zona. Por ello participan de aceleradoras y buscan oportunidades con Jaya Tejidos, como un proyecto de triple impacto: económico, social y ambiental.

“Queremos no solo ofrecer productos de calidad, sino también mejorar las condiciones de vida de las familias proveedoras”, afirma Estela, entre cuyos proyectos está buscar recursos para proporcionar maquinaria y capacitación para las familias de su comunidad natal y de otras del Altiplano bolivianox.

Con precios que van desde los Bs 55 (8 dólares) hasta los 410 (59 dólares), cada pieza no solo embellece un hogar, sino que también sostiene una red de artesanos que encuentran en el tejido una alternativa económica a la de la producción de la tierra que cada vez se torna más árida.

Cojín de sala: Calor andino que abraza tu hogar

 Para adquirir los productos de este emprendimiento visita “Suma, una tienda con propósito”, haz click aquí

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